Quiénes somos

Somos un grupo cristiano ecuménico, integrado por personas de diferentes tradiciones, que apuesta por una iglesia tan acogedora como el corazón de Dios, capaz de incluir a todas y a todos con independencia de su origen, edad, capacidades y condición sexual.

Nuestra visión
Como grupo, queremos llegar a ser una comunidad diversa en la que cada persona, donde quiera que se encuentre en su camino espiritual, se sienta incluida, querida y capacitada para vivir su fe y su sexualidad de forma plena, reconciliando estas dos facetas, pues hemos descubierto que no se excluyen.

Nuestra misión
Como creyentes, aspiramos a vivir nuestra fe a través de tres dimensiones esenciales:

Discipulado: queremos seguir a Jesús de Nazaret, el Maestro, aprendiendo de sus enseñanzas, y viviendo nuestra unión con él en la oración y en la fracción del pan. Aceptamos su desafío de esforzarnos por hacer realidad su Reino: un nuevo sistema de relaciones interpersonales basadas en el perdón sin condiciones, la acogida radical y la inclusión sin barreras.

Misión: queremos ofrecer un espacio seguro de acogida a quienes buscan profundizar en su fe y vivir con plenitud humana su sexualidad, además de facilitar el acompañamiento y el apoyo mutuo que nos ayude a crecer juntos en la fe.

Dimensión profética: queremos ser una voz unida tanto en favor de la justicia y de la dignidad humana, y en contra de la homofobia dentro de las iglesias; como frente a la irreligiosidad dentro de ciertos sectores del colectivo LGBT y a la deshumanización de las relaciones interpersonales.

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Sobre el término "metanoia":

(del griego μετανοῖεν, metanoien, para cambiar una mente) es un enunciado retórico utilizado para retractarse de alguna afirmación realizada, y corregirla para comentarla de mejor manera. Su significado literal del griego denota una situación en que en un trayecto ha tenido que volverse del camino en que se andaba y tomar otra dirección.

Esta palabra también es usada en teología cristiana asociando su significado al arrepentimiento, sin embargo y a pesar de la connotación que a veces ha tomado no denota en sí mismo culpa o remordimiento, sino la transformación o conversión entendida como un movimiento interior que surge en toda persona que se encuentra insatisfecha consigo mismo. En tiempos de los primeros cristianos se decía del que encontraba a Cristo que había experimentado una profunda metanoia.

[...] Hay teólogos que sugieren que la metanoia es un examen de toda actividad vital y una transformación de la manera como se ven y aceptan los hombres y las cosas. (Guardini, 1982:139)

[...]


La palabra que en todo el Nuevo Testamento aparece traducida como arrepentimiento es la palabra griega meta-noia (μετανοια) que significa transformar la mente. [...] La partícula 'meta' indica transferencia, traslado o transformación. Denota algo 'más allá'. La segunda parte de esta palabra —noia— proviene del griego nous, que significa mente.


Por consiguiente, la palabra metanoia tiene entonces que ver con la transformación de la mente. ¿Por qué, entonces, la palabra arrepentimiento resulta inadecuada? O, dicho de un modo más preciso, ¿por qué constituye aquí un error? La palabra castellana 'arrepentirse' proviene del latín poenitare que quiere decir tener pena. Penar, sentir pena, lamentar, es un estado de ánimo que todos experimentamos de vez en cuando. La palabra griega metanoia yace muy por encima de este significado. No se refiere a un estado de ánimo. No contiene ni la menor sugestión de pena o lamentación. Se refiere a una nueva mente, y no a un nuevo corazón, pues es del todo imposible cambiar el corazón, cambiar la manera de sentir, sin haberse hecho una mente nueva. Y una mente nueva significa una nueva manera de pensar, una modalidad de pensamiento totalmente nueva, con ideas nuevas, con nuevos conocimientos, con una actitud enteramente nueva hacia todo en la vida. A pesar de lo mucho que se ha dicho y escrito acerca de esta palabra de tan tremendo significado, y acerca de su errada interpretación, y a pesar de que muchos eruditos han insistido una y otra vez en que el término 'arrepentimiento' no es su traducción verdadera y exacta, todas las traducciones ordinarias del Nuevo Testamento aún llevan la palabra 'arrepentimiento', implicando con ello que lo que se enseña es un cambio moral y no mental.